"Alguien dijo que mi nombre es como el tango. Debe ser cierto, porque me siento un cacho de Buenos Aires. Mi barrio fue la calle, y mis amigas y enemigas, las noches".
- "Cuando nacemos, nos marcan, como a la hacienda, para sufrir. Si juntara todas las lágrimas que he derramado, me podría dar un baño de inmersión".
- "No empecé por vocación sino por hambre. Y yo siempre justifico ese cambio tan violento diciendo que Dios, un día que estaba de descanso, con un catalejo me eligió para que las cosas se me dieran vuelta. Y acá estoy".
"Una vez casi me suicido. Estuve tres veces a punto de morir. Y en todas volví a nacer. Dios me salvó".
- "Estoy resignada, nene. Sé que la próxima muerte del tango puede ser la mía".
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